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Jaime-Muniesa

EL PODER MICROFISICO (revisionado)

 

EL PODER MICROFISICO

Desde su altísimo y magnífico pedestal, con voz resoluta dice el filósofo a los tontos que lo escuchan:

         Señoras y señores salud a todos, hoy voy hablar con el permiso de ustedes de los principios, finalidades y esencia pura del movimiento filosófico “ALTERNATIVA GEOMETRICA DEL PODER MICROFISICO .

          Bien, empezaré diciendo que el principio de todas las cosas, según algunos filósofos colegas míos, como por ejemplo, primero Sagleca y más tarde Ajarrob y sus seguidores, afirmaban rotundamente que el todo era una esfera, esta teoría tuvo vigencia durante dieciséis siglos, actualmente otros filósofos como por ejemplo Atenabar y Azabalac también colegas míos, aseguran potencialmente que el todo no era una esfera si no un hexágono; yo personalmente me inclino por esta última tendencia que en realidad y bien mirado no deja de ser hipótesis, pero me parece más plausible y ademas porque me da la gana.

En fin de lo que podemos estar seguros es que hasta aquel hipotético hexágono que campaba por el espacio galáctico a sus anchas, venidas de otros espacios siderales o de donde fuera, porque eso aquí no tiene la menor importancia, llegaron líneas rectas y escuetas las cuales colocándose en las vértices del hexágono construyeron triángulos, y en las vértices de estos triángulos se colocaron otras rectas formando otros triángulos, y de esta forma sucesivamente se formaron muchos triángulos, infinidad de triángulos, de cualquier rincón se sacaba espacio para crear nuevos triángulos, y con ellos, sin moverse para nada, como aquel que dice, se crearon  senos, cosenos, hipotenusas  y catetos en abundancia. 

        Tal era la profusión de estos elementos que en veintisiete mil novecientos y pico de años, es decir lo que tarda en realizarse una revolución astral o lo que vulgarmente llamamos la precesión de los equinoccios, el hexágono era un caos completo, una confusión enorme, colosal, un galimatías de lenguas diferentes, nadie se entendía con nadie,  sin autoridad todo el mundo hacia lo que le venía en gana, los irregulares escalenos, fuera de la ley campaban por sus respetos, los humildes equiláteros sufrían toda clase de insultos y vejaciones y los altivos isósceles si además eran rectángulos protegiendo a duras penas sus inofensivos catetos y la frágil hipotenusa, se limitaban a decir que aquello era la anarquía completa.

        Ante una situación desesperada y tal caos, sin saber a ciencia cierta el porqué, de repente estalló una sangrante guerra que duró cerca de cuatrocientos siglos, en la cual todos peleaban contra todos y por causa se eliminaron dos o tres mil millones de triángulos de todos los tipos, quedando en el hexágono al final de la contienda solamente seis triángulos, los cuales decidieron de común acuerdo vivir en paz de una vez por todas, acomodándose  equitativamente dentro del hexágono.

         Estos, que podríamos llamar triángulos colonizadores, se repartieron el hexágono a base de líneas rectas clavadas en las vértices del polígono y convergiendo en el centro, quedando el hexágono repartido a partes iguales en seis triángulos isósceles, eso sí, muy completos, porque habiendo sido todos ellos durante quince o dieciséis mil años triángulos rectángulos a parte entera, tenían derecho y por ello habían guardado sus senos, cosenos, hipotenusas y catetos correspondientes.

         Los Isósceles Zancudos, como ellos mismos se denominaron, vivieron varios siglos en paz, aunque como es natural no faltaron pequeñas escaramuzas sin consecuencias fatales entre el vecindario; problemas de envidia, xenofobia, ruido, religión, racismo y en fin lo normal entre vecinos. La cuestión es que cada día las disputas poco a poco se hacían más violentas, y por causa los alborotadores eran más numerosos, de manera que de lo que hasta allí habían sido solamente gritos pasaron a ser faltas mayores. Como dicen algunos colegas míos que no hay efecto sin causa, algunas conjuraciones empezaron a surgir entre los triángulos, los Isósceles del segundo derecha, junto con los del cuarto y el quinto derecha, empezaron a fraguar un golpe de territorio con el fin de apoderarse del territorio de los del primero y tercero izquierda,  ya que el del sexto era un marginal que no quería saber nada con nadie y no hubo medios para convencerle de entrar con ellos en batalla o por lo menos echar una mano.

        Aquello que empezó por insultos verbales y alguna pedrada, acabo en menos de nada, es decir en poco más de tres mil quinientos años, como era previsible en la segunda guerra hexagonal.

         Esta segunda guerra no fue tan larga como la anterior pero duro cerca de doscientos siglos, y al final los del segundo, cuarto y quinto se llevaron el gato al agua eliminando físicamente a los del primero y tercero. Con el del sexto aunque no había colaborado ni participado, es decir que se mantuvo neutral, no sabían qué hacer con él, por aquello de la repartición del territorio, ya que repartir el hexágono en tres sin perder la condición de Isósceles Zancudos les parecía tarea harto difícil; por eso y porque les parecía que era un poltrón mentecato, lo perdonaron y lo confinaron en el centro del hexágono como simple equilátero, perdiendo su condición de autentico Isósceles Zancudo y también desposeído de sus catetos e hipotenusa,  mientras los ganadores ocupando la periferia del hexágono seguirían ejerciendo el titulo de Isósceles a parte entera guardando todos sus títulos y atributos.

         Sin embargo y para que veáis como son las cosas y los giros que da la vida, quien hubiera podido predecir que aquel mentecato marginal desposeído de su titulo de isósceles y devenido monótono equilátero, pocos siglos después desde el centro a la chita callando, poco a poco iría devorando a los periféricos isósceles que despreocupados vivían disfrutando de la madre naturaleza sin dar un palo al agua. Pues bien así fue y en menos que se pasa de un signo astral al siguiente o sean unos dos mil y pico años, relativamente muy poco tiempo para lo que estamos hablando, el equilátero se merendó primero los senos y cosenos, luego los catetos y ya para acabar las hipotenusas, reduciendo los altivos y aristocráticos Isósceles Zancudos a la nada, y ya metido en harina el combativo equilátero también por si acaso las moscas se comió al hexágono completo.

         Amigas, amigos publico que me oís, o mejor me escucháis, por poco que a vuestro cerebro le queden ocho o diez neuronas, si no perfectas, si en buen estado, comprenderéis que este metamórfico y glotón triangulo equilátero, al quedar solo vivió a sus anchas, sin problemas, como un rey absolutista, haciendo y deshaciendo a su gusto, sin que nadie le enmendase la plana; pero las cosas queridos míos, no son como empiezan si no como acaban; veréis. 

          Al principio los senos, cosenos, catetos e hipotenusas habiendo sido hechos prisioneros vivían, aunque relegados, en un territorio pobre y casi estéril en armonía perfecta asumiendo su condición de esclavos; pero como el diablo no duerme, algunos de ellos empezaron a conspirar en contra la opresión triangular ejercida por el enorme equilátero, y en secreto varios de ellos firmaron un pacto de agresión continua hacia el opresor triangulo. Se crearon siempre en secreto cuadros de mando y se planearon tácticas de ataque contra los puntos más débiles del terrible triangulo.

         Los primeros ataques fueron contra una de sus rectas, la cual empezó a sufrir una  incómoda presión constante, una especie de agobio continuo y sofocante e incluso algunas agresiones físicas, pidió insistentemente ayuda a sus dos compañeras pero no la obtuvo, de forma que esta recta que aguantaba estoicamente el permanente acoso, comprendió que no podría resistir por más tiempo el agobio de sus enemigos y sin la ayuda de sus dos malas compañeras acabó cediendo por ambos lados; lo cual fue aprovechado por sus dos falsas compañeras, las cuales constatando la flojedad de la desgraciada sin miramiento alguno usurparon cada una por su lado todo lo que les pareció bien de la recta caída en desgracia hasta reducir la desdichada a menos de la mitad de su talla, y con ello queridos amigos, el triangulo equilátero que ya casi se había acostumbrado a su condición igualitaria, víctima de la ambición de dos de sus lados volvió a ser de nuevo triangulo isósceles rescatando todos sus catetos, hipotenusas y demas.

         Con el tiempo los dos grandes lados estudiaron en las mejores escuelas, perfeccionándose y una vez bien instruidos se hicieron todavía más grandes, mientras el lado pequeño no salía del barrizal en el cual lo había zambullido la ambición desmesurada de sus ex compañeros los “Catetos ambiciosos”,  pero como la ambición y la codicia no paran de noche ni de día, uno de esos catetos influenciado fuertemente por una intrigante hipotenusa, ladinamente ejerció su predominante influencia sobre el ignorante y débil minúsculo catetito, de forma y manera tan persuasiva que entre ese poderoso ambicioso  y la ayuda de la codiciosa hipotenusa le fueron comiendo el tarro al frágil y pequeño cateto, hasta que consiguieron  convencerle para unirse a ellos y hacer la guerra al otro grande que vivía sobre sus laureles, y fue así de esta forma que con la ayuda del ignorante pequeño, el grande ambicioso le robó al otro grande un trozo, el cual lo añadió al suyo, convirtiéndolo en cateto mediano, pero dejando al pobre pequeño que guerreo con denuedo más pobre que cuando empezó la contienda.

         El resultado final es que el primitivo triangulo Isósceles convertido por gracia de sus vecinos  en  equilátero, fue traicionado por dos sus lados y convertido en su primera versión de triangulo isósceles, para acabar por fin siendo un vulgar, desordenado pero poderoso triangulo escaleno.

         Queridos amigos  esta es la prueba irrefutable que solamente la ambición desmesurada y la ausencia de escrúpulos hace grandes a los hombres, mientras que el laborioso trabajador, honrado y sensato, aun ayudando al grande, no medrara jamás en su miserable y ruinosa posición; y esto para mi justifica la MICROFISICA DEL PODER o lo que sea. Está claro? Pues a ver si somos estudiosos y nos aplicamos el cuento, que ya está bien de hacer el chorras.

    Que os parece majetes, pa que luego digan que si los griegos, alemanes, romanos ni pollas…aquí en el pueblo también pensamos lo nuestro, faltaría más.

Jaime Muniesa Monzón geométrico micro físico.  



1 comentario

DESENTANTIBIRICULADORA -

Heme aqui, desentantibiriculando tu explendida reflexión a la par que digna de estudio por algun experto analizador de la mente humana. Aprecio en el texto, como cambias de género del masculino al femenino a tu libre albedrìo, licencias del autor, muy validas por supuesto. De un plumazo, los lados largos, pasan a ser denominados por su nombre, usease hipotenusas, y cuando pasa el lío vuelven a ser lados del isosceles.

En fin... que ya me gustaría saber a mí, que pasaba por tu mente cuando hacías la reflexión, solo apta para iniciados, como siempre que escribes.

Felicitaciones.