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Jaime-Muniesa

Hay verdades que parecen cuentos y viceversa

 

 

PARIS, ¿REALIDAD O SUEÑO?

El mes de marzo pasado además de mi cumpleaños, tuvo lugar la gran movida católica causada por la dimisión del  Papanazi, la entronización del colaborador Videlista Papapaco , y para postre la icono dulía semana santa; ¡A ver quién da más! Yo, no pudiendo resistir tanto concilio, eucaristía y misterio, todo mi ser se vio invadido por una ola de misticismo religioso. Preso de religiosidad hice el propósito, con el fin de ponerme a bien con Dios, de castigar mi cuerpo ejerciendo de costalero el día de viernes santo llevando a cuestas sobre mis hombros algún paso o trono sagrado, pero todas las demandas con C.V. incluido que realicé me fueron denegadas; yo creo que la causa de ello fue  debido a  mi avanzada edad, que estoy más para que me lleven que para llevar a nadie aunque este sea el Señor o su santísima madre, o también puede ser que debido a mi corta estatura mejor que portador podría ir colgado, lo que no es de gran alivio para los que estuvieran a mi lado. Bueno, por lo menos yo lo he intentado, Dios es grande y está en  todo; a la hora del juicio final espero que esto salga a relucir.

El jueves día 20  con mi banda dimos un concierto en una escuela y mi amigo y compañero Roger  me invitó e insistió para que lo acompañara a pasar el fin de semana en Paris, de manera que para recuperarme del fracaso procesional y con permiso de mi esposa, con su coche subimos a la capital. Este compañero (muy buen saxofonista), tiene un nieto estudiando música y tocando en Paris.

El crio de marras tiene veinte años y es tonto, pero toca la trompeta con una técnica muy depurada y un dominio de los registros admirable. El sábado nos invitó, (pagando de nuestro bolsillo), a ir a un local donde en compañía de otros cinco músicos tocan música que ellos llaman “Cajun” es música original del folclore de La Luisiana que ellos han arreglado y la verdad es que lo hacen muy bien. El muchacho sabiendo mi origen ibérico (como el jamón) creía que yo solo sabia tocar la “Morena de mi Copla” o el “Viva España” y por ello de la forma que a él le pareció menos brusca intento decirme  que quizás el tipo de música que ellos hacían me parecería rara, que seguramente no la entendería…y en otras palabras que como ya me veía listo para el arrastre, posiblemente no me enteraría de que iba la cosa; su abuelo algo molesto por la tontez del crio intentaba decirle que yo sabía tocar otras cosas que no fueran pasodobles, pero el muchacho no se enteraba e insistía en ello, yo contrariamente a mi carácter no lo mande a tomar por el culo pero le falto muy poco.

 Aunque algo asustados ante la perspectiva musical que nos esperaba, nos presentamos en el local que se llama “Caveau des Oubliettes” (52 rue de Galande) y escuchamos esta especialidad musical la cual interpretaron muy bien, sin fallos y con rigurosidad académica. Hicieron una pausa, el muchacho nos preguntó si nos había gustado y ante nuestra afirmación nos presento a sus compañeros como dos viejos músicos. En esos tipos de locales a partir de cierta hora se hace un Jam’s Session (en francés se dice un Boeuf) de manera que animados sobre todo por sus compañeros y por el Whisky subimos al escenario mi amigo Roger y yo y siguiendo con el estilo “Cajun” ellos atacaron un numero titulado Mami Rossy, que traducido al español no es otro que el “Mama Ines” (Ay mama Inés,(bis) todos los negros tomamos café) expusieron los chicos el tema y Roger con el saxo tenor realizó un chorus  muy correcto, luego fue mi turno y con la trompeta del crio empecé a improvisar tentando el terreno y fui en crescendo hasta tocar el cielo, os puedo certificar que jamás había tocado como esa noche, el triunfo fue rotundo, la gente sin conocerme para nada entusiasmada a coro gritaba mi nombre y yo empalmaba un chorus con otro cada vez con más feeling, yo mismo estaba asombrado de mis posibilidades, todas las articulaciones y registros incluido el sobre agudo salían de mi trompeta a la perfección, sin el menor esfuerzo, una gozada;  por fin triunfaba en Paris, la gente y los demás músicos no paraban de gritar mi nombre ¡Jaime! ¡Jaime! ¡Jaime! Yo estaba como en una nube, de pronto oí una voz más fuerte que las otras   ¡JAIME! Aquella voz me despertó:

-Venga ya, levántate que tienes que sembrar las patatas me dijo mi mujer, el desayuno lo tienes en la mesa; yo me voy de compras; confuso y malhumorado me levante de la cama y me acorde del maestro Calderón de la Barca, con el cual a pesar de ser de la misma quinta no coincidimos en las mismas guerras.

¡Qué rabia joer! Otro año más sin triunfar en Paris. 

También pudiera ser que hubiese algo de cierto en este relato, los sueños también pueden ser verdades……Quien sabe…

           

 

1 comentario

MORFEO -

VIVA LA CREATIVIDAD, CLARO QUE SI.
MUY BUENO. UN PLACER LEERTE.