EL DILEMA
EL DILEMA
Yo como todo el mundo sabe era muy jugador, y como buen jugador siempre estaba soñando cosas maravillosas y haciendo castillos en el aire, lo cual me procuraba una especie de felicidad y de vivir como en una nube hasta que llegaba el día del sorteo, el cual tenía la desgracia de derrumbar y arrasar todo lo que yo había imaginado. Normalmente además del Póker y del Giley yo jugaba a la lotería nacional, a la primitiva, el euro millón, a los caballos, a las quinielas, el rápido, el millonario, a los ciegos, a los sordos mudos, a los cojos, a los sordos a secas y también a los tullidos e inválidos de guerra; además de esto acudía con frecuencia a los bingos, casinos y era asiduo a las maquinas tragaperras. A decir verdad yo nunca ganaba a las cartas y lo demás mucho menos; pero mira por donde, hace tres meses menos un día, un sábado conseguí hacer pleno a la primitiva y gané la bonita suma de doce millones y pico de Euros, esto como podréis comprender amigas y compañeros me dio una gran alegría y se desató en mi un estado de euforia jamás visto en mi persona.
El lunes por la mañana, aunque no tenia gran necesidad, ya que aun no hacia ni siquiera dos meses que me había duchado, para celebrar el acontecimiento y presentarme en el banco en condiciones idóneas de higiene tome una buena ducha, me vestí con mi mejor traje, es decir el traje de mi boda, el cual a decir verdad ya está un poco para el arrastre, teniendo en cuenta que yo contraje matrimonio civil y religioso en abril de 1960, y ya me disponía a salir para ir a depositar el boleto que valía y vale doce millones y pico de euros cuando se presentó en mi morada, como salido de la nada un viejo vecino, filosofo de profesión, el cual al conocer la noticia, me dijo sin ambages que mi actitud le decepcionaba en grado sumo, porque él creía que yo era un hombre sensato y no un perfecto botarate y un redomado mentecato si creía que aquel premio me podría hacer feliz, porque lo que yo consideraba una fortuna no sería más que el final de mis sueños y que a partir de aquel día ya no podría anhelar ni soñar con nada, porque siendo rico todo estaría a mi alcance, basándose en el axioma, que “la felicidad no está en el destino si no en el camino que conduce a él”.
Bien mirado, la verdad es que el viejo filosofo, filosóficamente hablando tenía razón, pero a mí me ha hecho polvo, porque hace tres meses que no duermo, ni juego, ni fumo, ni bebo Whisky ni nada de nada. Mañana caduca el plazo para cobrar el boleto y yo no sé lo que hacer, por eso escribo esto y me entrego a la consideración de vosotros, vosotras, a ver si alguien puede aconsejarme, porque la verdad es que aunque las estoy pasando canutas y no tengo ni un real de vellón, por otro lado no quisiera quedarme sin poder soñar y sin la felicidad tan grande que disfruto siendo pobre, según dice el viejo filosofo…Que dilema, Dios mío que dilema…..
1 comentario
PRIMERODEJULIO -
Y AL FILOSOFO LE DICES DE MI PARTE, QUE MAYORMENTE, YO SIENTO LA FELICIDAD AL LLEGAR A UN DESTINO ELEGIDO, DURANTE EL VIAJE SUFRO MUCHO Y TENGO MUCHOS MIEDOS.
Y... UNA CURIOSIDAD: ¿DE QUE VAS?