EL CIELO Y LA MONTAÑA
EL CIELO Y LA MONTAÑA (soneto)
La vieja huraña montaña,
cuando el frio recrudece
lasciva y voluptuosa
al cielo hibernal se ofrece.
Y este, ciego enamorado
desde sus plomizas nubes
viste de novia a su amada
blanqueando sus duras ubres.
Mas cuando ya en la sierra
el blanco se vuelve verde,
la montaña agria e ingrata
al sol caliente se vende.
Nubes va buscando el cielo
porque ni llorar no puede.
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