Alcañiz de mis amores
Jaime Muniesa Monzón, 49 route du gave d’Aspe Eysus France 1
!AY DE MI PUEBLO
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!Oh! pueblo donde nací,
quien te ve y no recuerda
mi infancia y mi juventud
de aquellos años cuarenta.
Te miro y no te conozco,
ya no eres aquel que eras,
se rompieron los porrones,
y cerraron las tabernas.
Tabernas, olor a vino
recio tinto de la tierra,
tabaco de picadura,
sebosas barajas viejas.
Templos de morra y guiñote,
El Manco y mi tía Alberta,
Molias, Pelotín, Rufino,
Celestino, y... etcétera.
Oh pueblo donde nací,
quien te ve y no recuerda
aquellos rústicos carros,
ruedas de hierro y madera.
En las varas enganchada
iba la mula Romera
delante de ella tirando
Estrella, la hermosa yegua.
Del monte secano traen
cebada y trigo en talegas.
los ejes chirrian cansados
y los bujes se marean.
Carros robustos antiguos
vencedores de mil guerras,
como trastos embrujados
os quemaron en la hoguera.
Y los dóciles équinos
que laboraban tus tierras?
mil tractores sin entrañas
dieron al traste con ellas.
Adios esportón de esparto,
esquilador y herrerías,
guardicionero y sus cueros
se acabó la artesania.
Desapareció el mercado
y con él todas las tiendas,
las hortelanas al paro,
adiós la verdura fresca.
Adios las carnicerias,
adios la sardina fresca,
la Rosa y Reala cerraron
y las frutas de Morera,
Adios la cafetería,
y el urinario de afuera,
el pollero y sus pollos,
y el alguacil de la puerta.
El tren se fue para siempre
quedaron las vías muertas
se pararon los relojes
la estación quedó desierta.
Ay! estación quien te ha visto
y quien ahora contempla,
tus ventanas sin cristales
desvencijadas las puertas.
Fantasmas ferroviarios
las noches de luna llena
envueltos en negros lienzos
rondan la sala de espera.
Ay! mi pueblo quien te ha visto
y quien ahora recuerda
aquella calle Alejandre
de gente joven repleta.
Mozas luciendo palmito
con fin de encontrar pareja,
p’a vivir como Dios manda
hasta que la muerte venga.
Y aunque menos presumidos
los mozos tambien ojean
y se acercan a esa moza
para quien viven y sueñan.
Todos domingos del año
y de guardar todas fiestas,
misa de doce obligada,
y despues vermu o cerveza.
Saladillos, el churrero,
ginjoles y chucherías,
p’a eso estaban las mesetas
de la Felisa o María.
Cuantas cosas echo en falta,
cosas que antes existian,
por ejemplo los serenos,
o el pregonero, o el limpia.
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Alcañiz de lamineros
quien te ve y no recuerda,
aquellas pastelerías
dulzura de nuestras fiestas.
Turrones los de Antonier
Serrano, horchata y brevas.
Chocolates los de Diaz,
Miranda tartas de fiesta.
En el Flor, flor de pasteles,
ya veis que cosas mas buenas,
en aquellos malos tiempos
eran alivio de penas.
Además en todos hornos,
se hacían pastas caseras
rosconetes, tortas de alma
almendrados y galletas.
Alcañiz cañas y barras,
ciudad de bares y tiendas
eres grande para pueblo y,
para capital pequeña.
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Alcañiz de mano dura
quien te ve y no recuerda
don Emilio Diaz de alcalde
don Rafael en la iglesia.
Que dos patas para un banco
yo mando, y tu gobierna;
multas, sanciones, castigos,
prohibición y abstinencia.
Pan negro, racionamiento,
arroz y legumbres viejas,
estraperlo, “mercao” negro,
colas delante las tiendas
Esto son lentejas maño
si no las quieres las dejas,
tiene el calabozo abierto
la menor desobediencia.
Calla el pueblo y obedece
sin oponer resistencia,
son los usos y costumbres
de aquellos años cuarenta.-
-Aquí mandan mis cojones.
-Si señor, lo que usted quiera.
Desafectos al régimen
del pueblo los quiero fuera.
Y a pesar de la injusticia
por la dictadura impuesta
se vivía en armonía
sin rencor y sin violencia.
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Alcañiz viejo Arrabal
quien te ve y no recuerda
plaza de toros antigua
el hospital y su iglesia.
De Loreto su portal,
y el Gato Negro puñetas!!
el Pueyo, rincón gitano,
y las rocosas Peñetas.
Aceite, casa Corthay,
Caminals, café y especias
posada y fonda, El Corcho,
y el Rebedal agua fresca.
Y para beber buen vino
o merendar a conciencia
en la Alpargata o el Feo
se colmaba la apetencia.
Era el Rabal un colmado
en el cual nada faltaba,
hasta por haber había
casa de “mujeres malas”.
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Alcañiz del Guadalope,
quien te ve y no recuerda
el vivero, el río alto,
o la alameda de Ejea.
Remansos de aguas claras
islas de arenisca piedra,
verdes orillas frondosas
o playas de fina arena.
Pulmón que respira el pueblo
agua que el cuerpo refresca,
cuna de anguilas, de barbos,
de madrillas y otras pescas.
Glorioso puente de piedra
vecino de la glorieta,
héroe de mil riadas
reunión de lavanderas.
Debajo de sus arcadas
de rodillas en las piedras
doce mujeres lavaban
canastas de ropa vieja.
Y la glorieta famosa
manantial de agua fresca,
jardín sembrado de flores,
música de banda vieja.
Glorieta de veladores,
café, coñac o cerveza,
rica leche merengada
perfumada con canela.
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Alcañiz, barrio las monjas
quien te ve y no recuerda
el convento y la iglesia,
la central o la harinera.
Muro de Santa Maria
calle de Aguas o la Higuera
porches de los Almudines
Ramón Cajal, y La Cueva.
En las placetas los chicos
jugaban a quien la lleva,
a las chapas, los pitones,
y al burro, pellón y pella.
Las chicas también jugaban
a la comba, o las muñecas,
vestidas con largas faldas
para que nada se viera.
Mientras tanto las mujeres
bien sentadas a la fresca,
cosían, hacían punto
o jugaban a la bresca.
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Alcañiz la del castillo
quien te ve y no recuerda,
duras batallas a base
de piedra, de lanza y flecha.
Ademas de hacer novillos
y esconderse de la escuela
algunos iban a casa
con alguna gusanera.
Cuando la tarde caía,
por el monte de oliveras
mozas y mozos ansiosos
ocupaban sus almenas.
-Di que me quieres Benito.
-Mas que a mi madre Manuela.
-Di que solo a mi me amas
-Di que solo a mi deseas.
Jurándose amor eterno
tu Romeo y yo Julieta,
yo te amare mientras viva
y yo, hasta que me muera.
Promesas y juramentos
que el viento viejo se lleva,
solo los muros lo saben
mudos testigos de piedra.
Alcañiz agua y secano
quien os ve y no recuerda,
del vivero aquellos huertos,
y del chupillo las huertas.
Benditas sean las manos
que laboraban las tierras
para que todos zagales
comieran frutos de ellas.
Cerezas, peras, alberges,
peretas o ceremeñas,
sandias como canastas
nísperos o rojas fresas.
Manzanas, uvas, melones,
presquillas y uva negra;
tras una tarde en el rio
nos servían de merienda.
Hoy todo eso es historia,
cosas de viejos y viejas,
la Play, Internet y el móvil
nos han hecho la puñeta.
Los huertos ya no existen
en su lugar hay viviendas
en los rancios barrios viejos
las casas están que tiemblan.
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Alcañiz fiestas del pueblo,
quien te ve y no recuerda
fiestas de barrio y de calles
rosconetes y tortetas.
El día de san Antón,
y día de santa Agueda,
en todas plazas del pueblo
se encendían las hogueras.
Los que habian matau tocino,
traían morcilla y pellas,
otros asaban patatas
y todos comíamos d’ellas.
El día jueves lardero,
qu’en Alcañiz siempre es fiesta,
todos a la ermita Pueyos
el choricer en la cesta.
Llega la semana santa,
la cuaresma agoniza
color morado y de cera,
tambores rompiendo el día,
Jueves y viernes de duelo,
después gloria y alegría,
tortas de Pascua florida
y a la estanca en romería.
El mes de agosto a san Roque
y a su perro en la hornacina
salmos gloriosos cantaban
los vecinos y vecinas.
Y ya estamos en septiembre
del ocho al doce alegría,
eran las fiestas mayores
saca la bota María.
Música toros y bailes,
jotas, cines y revista,
las barcas, los caballitos,
churros y patatas fritas.
Por la noche al toro fuego,
y así seis o siete días,
hasta que nos quedábamos
sin la menor perra chica.
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Alcañiz el de los bares
quien te ve y no recuerda,
café cantante Aragón
vocalistas con orquesta.
El Moderno, bar de ricos,
La Maravilla intelecta,
cado de la tauromaquia,
de escritores y poetas.
Olímpico, juventud
de futbolín y juguesca.
el golfo o el siete y medio,
eran reyes en las mesas.
Tambien el maño guiñote
y el poker llegau de afuera
julepe, copo y montones
tenían su clientela.
Silencio de plomo frío
la sangre hiela en las venas
entra en el bar Atilano
cuidado, nadie se mueva.
Todo el mundo con sigilo
y sin casi darse cuenta
las mesas se quedan limpias
de billetes y monedas.
Las barajas se transforman,
ochos y nueves se alejan,
ahora juegan al guiñote
a la escoba o la bresca.
Vea usted don policía
dinero aquí no se juega,
el cafecico al guiñote
o al arrastrau cuatro perras.
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Alcañiz cines y bailes
quien te ve y no recuerda
la “Terraza” y los “Los Patines”
en la Carretera Nueva.
Los bailes amenizaban
con entusiasmo y rudeza
la “Baía” y la “Ritmo”
las dos locales orquestas.
Bailaba la juventud
sin arrimarse siquiera
porque apretarse es pecado
así decía la iglesia.
El cine Roch y el Guallar
estaban a la vanguardia,
películas de vaqueros
cuando no una españolada.
Para entrar en el recinto
después de pagar la entrada,
en el auxilio social
debías comprar la chapa.
Lo primero el Cara el Sol
con la mano levantada,
luego el No-Do y después,
Viva Franco, Arriba España.
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Alcañiz de mis amigos,
quien te ve y no recuerda
aquella peña o cuadrilla
de amigos que dejan huella.
Amigos que se marcharon
de donde no se regresa,
Juaquiner, el pelirrojo,
o Santiago el garretas.
Vicente Marco, Garin,
Sergio, barbero y maleta,
también se fue Pelotín
el amo de la taberna.
Y en este mismo momento
triste noticia me llega
Arturo nos ha dejado
Que queda de aquella peña?
Queridos amigos míos ,
quien vive y no os recuerda,
sin vosotros en el pueblo
yo vago como alma en pena.
Porque os fuisteis tan pronto?
Sin prevenir tan siquiera
eso no se le hace a un amigo
despedirse a la francesa.
Yo quisiera ser ser cristiano
creyente cual abadesa,
para creer que en el Cielo
buenos amigos me esperan.
Aunque dicen los que saben
y el catecismo lo enseña,
que en el Cielo hay de todo,
de todo menos tabernas.
Si eso es cierto dudo mucho
que en el Cielo este mi peña,
que aburrimiento, que tedio,
vaya desgracia la vuestra.
Morirse para ir al Cielo
no se si vale la pena,
la verdad no corre prisa
yo aguantare aquí en la tierra.
Solo os pido si podéis
que continuéis dando guerra,
y si veis a Dios decidle
que se olvide de mi mendas.
______________________
Acabar aqui seria injusto
por eso pido licencia
p’a recordar las farmacias
que eran tres a cual mas buena.
Aznar, Domenech y Lopez,
boticas, templos de ciencia,
ungüentos y cataplasmas
de linaza y otras hierbas.
Fin de la primera parte.
Ay Guadalope. Habanera de Jaime Muniesa Monzón
Nostalgia causa el recuerdo
Hoy yo tan lejos de ti,
Dar al olvido no puedo
Aquella infancia feliz.
Tus claras y tibias aguas
Donde yo aprendí a nadar,
Y en tus orillas frondosas
Momentos íntimos de felicidad,
Al lado de una sirena
Sencilla, morena, graciosa y sensual.
Estribillo
¡Ay Guadalope!.... Quien pudiera ser niño,
¡ay Guadalope!..... Quien pudiera nadar,
En tus remansos, tibios sensuales,
Una sirena, me volviera a embrujar.
Hoy los años han pasado
No pueden volver atrás,
Solo perdura el recuerdo
De tanta felicidad,
En aquellas aguas claras
Yo no volveré a nadar,
Ni en sus frondosas orillas
Una sirena podré escuchar.
Porque en las aguas del río
Nunca dos veces puedes nadar.
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Al estribillo
5 comentarios
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ROSA CASILDA DEDIEU -
PILAR LOPEZ -